Es el Orixá de las pestes, las
dolencias y particularmente de la viruela. Para la mayor parte de los devotos
del batuque y de la Umbanda surgen estos tres nombres para referirse a una
misma deidad, Omulu, Obaluae y Xapana perfectamente intercambiables para este
Orixá.
Son también comunes las
variaciones gráficas Obaluaê, Abalaú, Obaluaiê y Abaluaê.
En términos más estrictos,
Obaluae es la forma joven del Orixá Xapana, en cuanto Omulu es el término más
utilizable para denominar el pasaje viejo de este Orixá. Antiguamente estaba
prohibido mencionar su nombre en las terreiras por miedo a que su pronunciación
trajera enfermedades.
La pronunciación Omulu es la que
mas se popularizo y acabo siendo confundida con la forma más vieja de este
Orixá, más que con su esencia genérica en si.
La figura de Omulu-Obaluae, así
como sus mitos, es completamente cercada de misterios y dogmas indescifrables.
En un terreno general, a esta figura se le atribuye el control sobre todas las
dolencias, especialmente las epidemias. Cierta parte de la esencia vibratoria
de este Orixá tiene el poder de causar dolencia, como de posibilitar la cura
para el mismo mal que el creo.
En algunas narrativas mas
tradicionalistas se apuntaba, que el verdadero concepto original de esta divinidad
se refería a este Orixá como el dios de la viruela, simplemente por ser la
epidemia mas devastadora y peligrosa que conocían los habitantes de la
comunidad africana, más precisamente Daomé, de donde surgió Omulu-Obaluae, pero
esto parece una verdadera limitación, por que la viruela no era la única
dolencia atribuida a su control.
Así, sombrío y misterioso como
Iroco y Oxumare que son sus hermanos y Nana Buruke que es su madre,
Omulu-Obaluae es una criatura adoptada por la cultura Jeje, más precisamente
del panteón de Daomé, que fue posteriormente asimilada por la comunidad Yoruba.
Los Orixás de los Yorubas son extrovertidos, de temperamento pasional y alegre,
tomando contacto con el plano terrenal casi de inmediato cuando se los invoca.
Como de forma contradictoria los Orixás
de la zona de Daomé están más estrechamente asociados a la visión religiosa y
espiritual, sin importar la forma, no reparan como transmiten las posibles
calamidades o enfermedades, son austeros en su comportamiento mitológico y consecuentes
en sus amenazas, la visión de
Omulu-Obaluae es de castigar con violencia las faltas de sus hijos y las de
cualquier ser humano sin tener espacio a una negociación para aplacar su ira de está manera se crea un espacio mas abismal
entre estos Orixá y los seres humanos.
En este sentido Pierre Verger y
muchos estudiosos más sustentan que la cultura de Daomé es mucho más antigua
que la Yoruba, y puede ser interpretado por la diferencia en el sentido de sus
mitos. La antigüedad de los cultos referidos a Omulu-Obaluae y Nana Buruke
(Orixá femenino), se refleja en el sacrificio ritual de sus entregas, puesto a
que se utilizaba una faca de madera consagrada para dichos rituales, clara
demostración de que estás dos deidades son de una civilización anterior a la de
los Orixá de la cultura Yoruba, cultura que se denomina como la edad del
hierro, acentuada y manifestada por el Orixá Ogum.
Existe una gran variedad de tipos
de Omulu-Obaluae al igual que los otros Orixás, existen formas guerreras y no
tantas, resumiendo el contexto en dos versiones básicas, el joven y el viejo.
La diversidad de nombres también nos lleva a interpretar que existe una
diversidad semejante en diversos grupos de una misma creencia, como por
ejemplo: Omulu Jagun, Quicongo, Zapatoi, Iximbó, Igui y Xapana en sus tres
versiones, Jubetei, Belujá y Zapatá que son las más conocidas por toda la
comunidad argentina que practica el Batuque
DIVISIONES DE OMULU-OBALUAE
Xapana Jubeteí
Xapana Belujá
Xapana Zapata
SALUDO:
Abao. (Nos inclinamos ante ti).
DÍA CORRESPONDIENTE DE LA SEMANA:
Miércoles.(Cuarta Esfera)
NÚMERO Y MÚLTIPLOS:
El número de Xapana es 9 pero
algunas naciones adoptaron darle 7.
9 (1,3, 7, 9, 14, 18, 21, 27…).
COLORES: Jubeteí y Belujá: rosa y
negro.
Zapata: violeta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario