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viernes, 9 de septiembre de 2016

Herencia De Los Orixás

Para el Candomblé, cada persona pertenece a un Orixá determinado, que es el Dueño/a de su cabeza y mente, de quien hereda características físicas y de personalidad. Es función del Pai o Mãe de Santo descubrir quien es el/la dueñ@ de su cabeza (Ori), a traves del jogo de buzios. 

Este conocimiento es absolutamente necesario en el proceso de iniciación, de nuevos adeptos, como asi tambien para hacer previsiones futuras en los clientes, y asi poder resolver sus problemas.

En África existen registros sobre la existencia de mas de 400 Orixás, sólo que en Occidente se cultúan muchos menos. A cada uno de ellos les cabe el papel de regir y controlar fuerzas de la naturaleza, aspectos del mundo, de la sociedad y de los seres humanos. 

Cada uno tiene sus propias características, elementos naturales, colores simbólicos, vestuarios, músicas, alimentos, bebidas, además de caracterizarse por las diferencias de personalidad, deseos, defectos, etc.

Ningun Orixá es enteramente bueno ni malo. Este concepto aparece cuando los devotos aceptan que los hombres y mujeres, heredan muchos de los atributos de la personalidad de sus Orixás. 

A partir de esta creencia, en muchas situaciones la conducta de alguien, puede ser reflejada en los pasajes míticos o leyendas, que relatan las aventuras de los Orixás. Esto, dentro de la comunidad religiosa, legitima tanto los acirtos como las faltas de cada uno.

Además de su Orixá de cabeza, existe un segundo Orixá (juntó), y actúa como una Divinidad asociada, que complementa al primero. Por ejemplo se dice: Soy hijo de Oxalá e Yemajá. 

Generalmente si el primero es masculino el segundo es femenino, o viceversa como si cada uno tuviese un padre y una madre. La segunda Divinidad tiene un papel muy importante en la definición del comportamiento, y mostrando combinaciones muy ricas de los dos Orixás. 

Como cada Orixá individual de la persona, deriva de una cualidad del Orixá general, que puede ser ese Orixá en edad joven o viejo, o en tiempo de guerra o paz, como rey o como súbdito, etc. las variaciones que servirían como modelos, son muchísimas.


En el Candomblé, se tiene la idea que muchos de los conocimientos, se perdieron en la transmición África-Brasil,que en algún lugar existe una verdad perdida, un conocimiento olvidado, una revelación escondida. 

La construcción de la religión, de sus Divinidades, símbolos y significados, están lejos de completarse. Sus seguidores, no siempre se dan cuenta de esto.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

El Mito De Oia y Egum.

Oyá no podía tener hijos y fue a consultar al babalaô. Este le dijo, entonces, que si ofreciera sacrificios, podría tenerlos. 

Uno de los motivos por los cuales no tenía todavía era porque ella no respetaba su prohibición alimentaria (evó), que prohibía comer carne de carnero. 

El sacrificio sería de 18.000 caracoles de mar (el pago), muchas telas coloridas y carne de carnero. 

Con la carne preparó un remedio para que ella lo comiera; y nunca más debería comer de esa carne. En cuanto a las telas, deberían se entregadas como ofrenda.

Ella así lo hizo y, tiempo después, dió a luz nueve hijos (número místico de Oyá). De ahí en adelante ella también pasó a ser conocida por el nombre de "Iyá omo mésan", que quiere decir "la madre de nueve hijos" y que se aglutina como "Iyansan".

Hay otra leyenda para explicar el mito de Iansã. En cierta época, las mujeres eran relegadas a un segundo plano en sus relaciones con los hombres. Entonces ellas resolvieron castigar a sus maridos, pero sin ningún criterio o límite, abusando de esta decisión, humillándolos en demasía.

Oyá era la líder de las mujeres, qeu se reunían en el bosque. Oyá había domado y entrenado un mono marrón llamado ijimerê (en Nigeria). 

Utilizó para ello una rama de atori (ixã) y lo vestía con una ropa hecha de varias tiras de tela colorida, de modo que nadie veía el mono debajo de las telas.

Siguiendo un ritual, mientras Oyá blandía el ixä en el suelo el mono saltaba de un árbol y aparecía de forma alucinante, moviendose como fuera entrenado para hacerlo. De este modo, durante la noche, cuando los hombres pasaban por ahí, las mujeres (que estaban escondidas) hacían aparecer el mono y ellos huían totalmente asustados.

Cansados de tanta humillación, los hombres fueron con un babalaô para intentar descubrir lo que estaba sucediendo. A través del jogo de Ifá, y para castigar a las mujeres, el babalaô les cuenta la verdad y les enseña como vencer a las mujeres a través e sacrificios y astucia.

Ogum fue el encargado de la misión. El llegó al lugar de las apariciones antes que las mujeres. Se vistió con varias telas, quedando totalmente cubierto y se escondió. Cuando las mujeres llegaron, apareció súbitamente, corriendo, gritando y blandiendo su espada por los aires. Todas huyeron desesperadas, inclusive Oyá.

Desde entonces los hombres dominaron a las mujeres y las expulsaron para siempre del culto de Egum; hoy, ellos son los únicos autorizados para invocarlo y venerarlo. Pero, aún así, ellos rinden homenaje a Oyá, en su calidad de Igbalé, como creadora del culto de Egum.

Conviene hacer notar que, en el culto, Egum nace en la selva (igbo igbalé). En Brasil, en el ilê awo, él nace en el cuarto de balé, donde son colocadas 
ofrendas de comidas y realizadas ceremonias a los Eguns.


Oyá también es venerada como madre y reina de Egum, como Oyá Igbalé. Y, como nos explica la leyenda, Oyá, la selva y el mono están intimamente ligados al culto, inclusive en relación a la voz del mono como forma de hablar del Egum

lunes, 5 de septiembre de 2016

Patakki De Ogum

Ogum como personaje histórico, habría sido el hijo mayor de Odùduà, el fundador de Ifé.


Era um temible guerrero que luchaba sin cesar contra los reinos vecinos. De esas expediciones, él traía siempre un rico botín y numerosos esclavos. Guerreó contra la ciudad de Ará y la destruyó. Saqueó y devastó muchos otros Estados y se apoderó de la ciudad de Irê, mató al rey, instaló a su propio hijo en el trono y regresó glorioso, usando el título de Oníìré, "Rey de Irê". 

Por razones que ignoramos, Ogum nunca tuvo el derecho a usar una corona (adé), hecha con pequeñas cuentas de vidro y adornada por franjas de canutillos, disimulando el rostro, emblema de realeza para los yorubas. 

Fue autorizado a usar apenas una simple diadema, llamada àkòró, y eso le valió ser saludado, hasta hoy, con los nombres de Ògún Oníìré y Ògún Aláàkòró inclusive en el Nuevo Mundo, tanto en Brasil como en Cuba, por los descendientes de los yorubas traidos para esos lugares. 

Ogum habría sido el más enérgico de los hijos de Odùduà y fue el que se convirtió en regente del reino de Ifé cuando Odùduà quedó temporariamente ciego (información personal del Óòni (rey) de Ifé en 1949). Ogum decidió, después de numerosos años ausente de Irê, volver para visitar su hijo (información personal del Oníìré en 1952). Infelizmente, las personas de la ciudad celebraban, en el día de su llegada, una ceremonia en que los participantes no podían hablar bajo ningún pretexto. 

Ogum tenía hambre y sed; vió varias vasijas de vino de palma, pero ignoraba que estuviesen vacíos. Nadie lo había saludado o respondido a sus preguntas. Él no era reconocido en el lugar por haber estado ausente durante mucho tiempo. 

Ogum, cuya paciencia es pequeña, se enfureció con el silencio general, por él considerado ofensivo. Comenzó a romper con golpes de sable las vasijas e, inmediatamente, sin poder contenerse, pasó a cortar las cabezas de las personas más próximas, hasta que su hijo apareció, ofreciendole sus comidas predilectas, como perros y cangrejos, porotos regados con aceite de palmera y vasijas de vino de palma. 

Mientras saciaba su hambre y su sed, los habitantes de Irê cantaban loores donde no faltaba la mención a Ògúnjajá, que proviene de la frase ògún je ajá (Ogum come perro), lo que le valió el nombre de ògúnjá. Satisfecho y calmado, Ogum lamentó sus actos de violencia y declaró que ya había vivido mucho. Bajó la punta de su sable en dirección al suelo y desapareció por la tierra adentro con un estruendo asustador. 

Antes de desaparecer, entretanto, el pronunció algunas palabras. A esas palabras, dichas durante una batalla, Ogum aparece inmediatamente en auxilio de aquel que lo convocó. Pero ellas no pueden ser usadas en otras circunstancias, pues, si no hay enemigos delante de si, es sobre el imprudente que Ogum se lanzará. Como Orixá, Ogum es el dios del hierro, de los herreros y de todos aquellos que utilizan ese metal: agricultores, cazadores, carniceros, barberos, marceneiros, carpinteros, escultores. 

Desde el inicio del siglo, los mecánicos, los conductores de automóviles o de trenes, los reparadores de bicicletas y de máquinas de costura se vinieron a unir al grupo de seus fieles. Ogum es único, aunque, em Irê, se dice que él es compuesto de siete partes. Ògún méjeje lóòde Iré, frase que hace alusión a las siete aldeas, hoy desaparecidas, que existían cerca de Irê. 

El número 7 es, pues, asociado a Ogum y es representado, en los lugares que le son consagrados, por instrumentos de hierro, en número de siete, catorce o veintiuno, colgados en una asta horizontal, también de hierro: lanza, espada, carpín, alicates, cuchillo, punta de flecha, símbolos de sus actividades.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Historia De Iemanja Y Iansa

EXU FUE LLAMADO AL REINO DE OLOKUN, SEÑOR DE LAS AGUAS, PARA UN TRABAJO QUE SOLO EL PODIA REALIZAR.

AL LLEGAR ALLI, QUEDO ENCANTADO AL CONOCER A SU HIJA IEMANJA, ELLA ANDABA EN BUSCA DE UNA JOYA QUE SE LE HABIA PERDIDO. CUANDO EXU LA VIO, LA BELLEZA DE LA MOZA ERA INDISCUTIBLE Y EXU SINTIO QUE UN FUEGO DE PASION LE QUEMABA EL PECHO.

SALIO DETERMINADO A CUMPLIR LO MAS PRONTO POSIBLE LO QUE LE PIDIO OLOKUN… Y VOLVER CUANTO ANTES A PEDIR LA MANO DE SU HIJA.

NUNCA EXU CUMPLIO ALGO TAN RAPIDO COMO ESTA VEZ, EN DOS DIAS ESTABA DE REGRESO CON LO QUE LE PIDIERON, EXITOSAMENTE CUMPLIDO.
OLOKUN QUEDO MUY CONTENTO Y LE OFRECIO A EXU MUCHAS RIQUEZAS, PERO EXU FUE INFLEXIBLE, “QUIERO LA MANO DE IEMANJA”, DIJO.

OLOKUN QUEDO IRRITADO CON TREMENDA AUDACIA Y MANDO QUE LO SACASEN DE SUS DOMINIOS LO MAS RAPIDO POSIBLE.
EXU JURO VENGANZA, NUNCA NADIE LO HABIA TRATADO DE ESA MANERA,….DURANTE SEMANAS NADA MAS HIZO QUE PLANEAR COMO RAPTAR A IEMANJA.

CIERTA MAÑANA, CUANDO IEMANJA PASEABA POR LAS ARENAS DE LAS PLAYAS, CON SU SEQUITO DE ESCLAVOS, DE REPENTE UN INMENSO HUECO SE ABRIO EN LA ARENA, E IEMANJA CAYO EN EL, Y SE PERDIO EN LA ARENA.

FUE TODO TAN RAPIDO QUE NADIE PUDO HACER NADA Y EL HUECO EN LA ARENA SE CERRO COMO SI NADA HUBIERA PASADO; LOS ESCLAVOS SE DESESPERARON;
¿COMO CONTAR AL REY LO SUCEDIDO?..
CIERTAMENTE SERIAN MUERTOS SIN PIEDAD, NO HABIA QUIEN NO CONOCIESE LA FURIA REAL, ENTONCES ELLOS DESAPARECIERON Y NUNCA MAS SE SUPO DE ELLOS.

MIENTRAS….EN LAS PROFUNDIDADES DE LA TIERRA, EXU SE DESARMABA EN CARIÑOS Y ATENCIONES PARA GANAR EL AMOR DE IEMANJA.

DESESPERADO POR LA DESAPARICION DE SU HIJA, EL GRAN REY FUE A CONSULTAR UN BABALAO, QUE LE DIJO EXACTAMENTE LO QUE HABIA OCURRIDO; Y LE ACONSEJO BUSCAR A UNA MOZA QUE LO PODIA AYUDAR: IANSHA, JOVEN GUERRERA QUE NADA TEMIA Y POR SU RARA BELLEZA PODRIA GANAR LA SIMPATIA DE EXU.

ENTONCES OLOKUN LLAMO A IANSHA, LA CUAL SE COMPROMETIO A RESCATAR A IEMANJA, PERO ANTES TENDRIA QUE HACER UNA OFRENDA A IFA, PIDIENDO PROTECCION Y FUERZA.

RECIEN ENTONCES SALIO PARA EL RESCATE, DESPUES DE MUCHO ANDAR, IANHSA SINTIO BAJO SUS PIES EL FUEGO DEL SECUESTRADOR, BLANDIO SU ESPADA, LLAMO SUS RAYOS DESDE SUS DOMINIOS Y CON TODA SU FUERZA LA CLAVO EN LA TIERRA, Y ABRIO UN HUECO; Y LA GUERRERA FUE DESCENDIENDO LENTAMENTE, CUANDO DE REPENTE VIO UNA HERMOSA JOVEN LLORANDO EN UN RINCON, Y A SU LADO ESTABA EXU ACARICIANDO SUS CABELLOS Y PROMETIENDO AMOR Y PASION.

“VINE A BUSCAR A LA PRINCESA”, DIJO IANSHA… SU VOZ LO DECIA TODO; ESTABA DISPUESTA A TODO.

“COMO OSAS INVADIR MI REINO Y ENCIMA DE TODO, DANDO ORDENES”, EXCLAMO EXU.

EXU GRITABA DESCONTROLADO: “MI PRINCESA DE AQUI NO SALE”.

APUNTO A LOS PIES DE IANSHA, Y DE REPENTE UN ARO DE FUEGO SE FORMO A SU ALREDEDOR, IMPIDIENDO EL AVANCE DE LA GUERRERA.

“NO PIENSO DISCUTIR CONTIGO” DIJO IANSHA, HE PEDIDO LA INTERVENCION DE OROMILAIA PARA CUMPLIR MI MISION Y NO FRACASARE.

RAYOS COMENZARON A DESPARRAMARSE POR TODO EL LUGAR, UN VIENTO MUY FUERTE ENVOLVIO EL CUERPO DE IANSHA, Y ASI PUDO LLEGAR CERCA DE IEMANJA; LA CUAL ASISTIA ATONITA A LO QUE ESTABA PASANDO.

EXU FUE ARRINCONADO CONTRA UNA PARED, GOLPEADO CON LA FUERZA DEL VIENTO DE IANSHA; UN REMOLINO LAS ENVOLVIO A LAS DOS, LLEVANDOLAS DIRECTAMENTE AL REINO DE OLOKUN; EL MAR SE ABRIO DANDO PASAJE PARA EL PEQUEÑO VENTARRON GENERADO POR IANSHA.

LOS OJOS DEL REY SE LLENARON DE LAGRIMAS DE ALEGRIA, CUANDO AVISTO EN EL MEDIO DE LA TORMENTA EL ROSTRO DE SU QUERIDA HIJA.

EXU QUEDO IRRITADO Y TAMBIEN PODEMOS ESCUCHAR LA COLERA DE EXU CUANDO VEMOS O NOS ENTERAMOS DE DESASTRES DE TERREMOTOS, SISMOS QUE HACEN DERRUMBAR Y TEMBLAR CIUDADES ….ESE ES EXU QUE CUANDO SE ACUERDA DE HABER PERDIDO A IEMANJA SE IRRITA Y ENCOLERIZA SUCEDIENDO ESTOS DESASTRES.

IEMANJA E IANHSA SE VOLVIERON AMIGAS INSEPARABLES; EXU TODAVIA ESTA EN EL INTERIOR DE LA TIERRA, LLORANDO POR IEMANJA.


HOY EN MUCHOS TERREROS CANTAN QUE EN MEDIO DEL MAR: ERAN DUAS VENTAROLAS, ERAN DUAS VENTAROLAS, SE ESTAN REFIRIENDO A ESTA HISTORIA.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Culto a Eggum

Los negros yorubanos originarios de Nigeria trajeron a Brasil el culto de sus ancestrales, llamado Eguns o Egunguns. En Itaparica , dos sociedades perpetúan esa tradición religiosa.

Los cultos de origen africano llegaron junto con los esclavos a Brasil. Los yorubanos - uno de los grupos étnicos de Nigeria, resultado de varias agrupaciones tribales, tales como Ketu, Oyó, Ijexá, Ifan e Ifé, de fuerte tradición, principalmente religiosa - nos enriquecieron con el culto de divinidades denominadas genéricamente de orixas. (1 - por razones gráficas y para facilitar la lectura, los términos en idioma yoruba fueron aportuguesados. Ej.: orisá = el orixá.)

Esos negros yorubanos no sólo adoran y rinden culto a sus divinidades, sino también a sus ancestrales, principalmente los masculinos. 

La muerte no es el punto final de la vida para el yorubano, porque él cree en la reencarnación (àtúnwa), es decir, la persona renace del mismo seno familiar al cual pertenecía; ella revive en uno de sus descendientes. La reencarnación se realiza en ambos sexos; es un hecho terrible y penoso para ellos no reencarnar.

Los muertos del sexo femenino reciben el nombre de Iami Agbá (mi madre anciana), pero ellos no son individualmente venerados. Su energía como ancestral se aglutina de una manera colectiva y es representada por Iami Oxorongá, también llamada: Iá Nlá , la gran madre. Esta inmensa masa de energía que representa el poder de la ancestralidad colectiva de lo femenino es venerada por la " Sociedad Geledê", compuesta exclusivamente por mujeres, y sólo ellas detentan y manipulan este peligroso poder. El miedo del enojo de Iami en las comunidades es tan grande que, en las fiestas anuales en Nigeria en honor al poder femenino ancestral, los hombres se visten de mujer y usan máscaras con características femeninas, bailan para calmar el enojo y mantener, entre otras cosas, la armonía entre el poder masculino y el femenino .

Además de la Sociedad Geledê, existe también en Nigeria la Sociedad Oro. Éste es el nombre dado al culto colectivo de los muertos masculinos cuando no son individualizados. Oro es una divinidad así como Iami Oxorongá, siendo considerado el representante general de los antepasados masculinos y venerado solamente por hombres. Tanto Iami cuanto Oro son manifestaciones del culto a los muertos. Son invisibles y representan a la colectividad, pero el poder de Iami es más grande y, por consiguiente, mas controlado, inclusive, por la Sociedad Oro.

Otra forma, y más importante de culto a los ancestrales masculinos, es elaborada por las " Sociedades Egungum." Éstas tienen como finalidad celebrar ritos a hombres que fueron figuras destacadas en sus sociedades o comunidades, cuando vivos, para que ellos continúen presentes entre sus descendientes de forma privilegiada, manteniendo en la muerte su individualidad. 

Estos muertos aparecen de manera visible pero camuflada, la verdadera respuesta religiosa de la vida después de la muerte, denominada Egum o Egungum. Sólo los muertos del sexo masculino hacen apariciones, porque sólo los hombres poseen o mantienen la individualidad; a las mujeres le es negado este privilegio, así como el de participar directamente del culto.

Esos Eguns son venerados de forma adecuada y específica por su sociedad, en lugares y templos con sacerdotes diferentes de los de los orixas. Aunque todos los sistemas de sociedad que conocemos sean diferentes, el conjunto forma una sola religión: la yorubana.

En Brasil existen dos de esas sociedades de Egungum, cuyo tronco común se remonta al tiempo de la esclavitud: Ilê Agboulá, la más antigua, en Ponta de Arena, y una más reciente y ramificación de la primera, o Ilê Oyá, ambas en Itaparica, Bahía.

El Egum es la muerte que vuelve a la tierra en forma espiritual y visible a los ojos de los vivos. Él "nace" a través de ritos que su comunidad elabora y de las manos de los Ojé (sacerdotes), muñidos de un instrumento invocatorio, un bastón llamado "ixã", que, tocando en la tierra 3 veces y acompañado de palabras y gestos rituales, hace que la "muerte se transforme en vida", y el Egungum ancestral individualizado esté de nuevo "vivo".

La aparición de los Eguns está rodeada de misterio, diferente al culto de los orixás, en el cual el trance se sucede durante las ceremonias públicas, delante de ojos profanos, de fieles y de iniciados. 

El Egungum simplemente surge en el salón, causando impacto visual y usando la sorpresa como rito. Se presenta con una forma corporal humana totalmente recubierta por una ropa de tiras multicolores, que caen desde la parte superior de la cabeza formando una gran cúmulo de telas, debajo de la cual no se ve ningún vestigio de lo que es o de quien está bajo esa ropa. Habla con una voz gutural, inhumana, ronca y, a veces, aguda, metálica y estridente - característica de Egum, llamada de séègí o de sé, y que está relacionada con la voz del mono marrón, llamado ijimerê en Nigeria.

Las tradiciones religiosas dicen que bajo la ropa está solamente la energía del ancestral; otras corriente afirman que bajo las telas está algún meriwo (iniciado en el culto de Egum) bajo trance medíúnico. Pero, contradiciendo la ley del culto, los mariwo no pueden caer en trance, de cualquier tipo que sea. Sea como sea, Egum está entre los vivos, y no se puede negar su presencia, energética y mediúnica, pues las ropas están allí y ahí está el Egum.

La ropa del Egum - llamada de eku en Nigeria o opá en Bahía - o el Egungum propiamente dicho, es altamente sacra y sacrosanta y, por dogma, ningún ser humano puede tocarla. Todos los mariwo usan el ixã para controlar a la muerte, allí representada por los Eguns. Ellos y los asistentes no deben tocarse, pues, como se dice en los dichos populares de esas comunidades, la persona que sea tocada por Egum se cargará negativamente y el peligro la rondará. Esa persona deberá pasar por varios ritos de purificación para alejar los peligros de enfermedades o, tal vez, la propia muerte.

O sea, el Egum es la materialización de la muerte bajo las tiras de tela, y el contacto, aún un simple toque al pasar de esas tiras, es perjudicial. E inclusive los sacerdotes más calificados - como los ojé atokun, que invocan, guían y celan a uno o más Eguns - desempeñan todas esas atribuciones sustituyendo la manos por el ixã.
Los Egum-Agbá (anciano), también llamados de Babá-Egum (padre), son Eguns que ya tuvieron sus ritos completos y permiten, por eso, que sus ropas sean más completas y sus voces sean liberadas para que ellos puedan conversar con los vivos. 

Los Apaaraká son Eguns mudos y sus ropas son las más simples: no tienen tiras y parecen un cuadro de género con dos pantallas, una adelante y la otra atrás. Esos Eguns todavía están en proceso de elaboración para alcanzar el status de Babá; son traviesos e imprevisibles, asustan y causan terror a la gente.

El eku de los Babá está dividido entres partes: el Abalá, que es un armazón cuadrado o redondo, como si fuese un sombrero que cubre totalmente la extremidad superior del Babá, y de la cual caen varias tiras de telas coloridas, formando uNa especie de volados con tiras a su alrededor; el kafô, una túnica de mangas que acaban en guantes, y piernas que acaban igualmente en zapatos; y el banté, que es una tira de tela especial agarrada en el kafô e individualmente decorada y que identifica al Babá.

El banté, que fue previamente preparado e impregnado de axé (fuerza, poder, energía transmisible y acumulable), es usada por el Babá cuando está hablando y bendiciendo a los fieles. Él lo sacude en dirección a la persona y hace gestos con las manos que simulan el acto de agarrar algo, en ese caso el axé, e incorporarlo. Al contrario del toque en la ropa, este acto es altamente benéfico. En Nigeria, los agbé-Egum llevan el mismo tipo de ropa, pero con algunos aditamentos: unos usan sobre el alabá, mascaras esculpidas en madera llamadas erê egungum; otros, entre los albá y el kafo, usan pieles de animales; algunos Babá portan en la mano el opá iku y, a veces, el ixá. En estos casos, la ira de los Babás es representada por esos instrumentos litúrgicos.

Existen varias calificaciones de Egum, como Babá y Apaaraká, según los ritos, y entre los Agbá, según sus ropas, parámetros y maneras de comportarse. Las calificaciones, en verdad, son extensas.
En las fiestas de Egungum, en Itaparica, el salón público no tiene ventanas, y, después que los fieles entran, la puerta principal se cierra y sólo se abre al final de la ceremonia, cuando el día ya está clareando. Los Eguns entran en el salón a través de una puerta secundaria y exclusiva, único lugar de unión con el mundo externo.

Los ancestrales son invocados y ellos rondan por los espacios físicos del lugar. Varios amuxã (iniciados que portan el ixã) funcionan como guardias esparcidos por el lugar y en sus límites, para evitar que algunos Babá o los peligrosos Apaaraká escapen a los ojos atentos de los ojés, salgan del espacio delimitado e invadan los alrededores no protegidos.

Los Eguns se invocan en otra construcción sacra, cerca pero separada del gran salón, llamada de ilê awo (casa del secreto), en Bahía y igbo igbalé (bosque de la selva), en Nigeria. El ilê awo está dividido en una antesala, donde solamente los ojé pueden entrar, y el lèsànnyin o el ojê agba entran.

Balé es el lugar donde están los idiegungum, los asentamientos - estos son elementos litúrgicos que, asociados, individualizan e identifican el Egum allí venerado - y el ojubô-babá, que es un agujero hecho en la tierra, rodeado de varios ixã, los cuales, parados, delimitan el lugar.

En los ajubô se colocan ofrendas de alimentos y sacrificios de animales para el Egum que es venerado o invocado. En el ilê awo también está el asentamiento de la divinidad Oyá, en su cualidad de Igbalé, o sea, Oyá Igbalé - la única divinidad femenina venerada, simultáneamente, por los adeptos y por los propios Eguns
En el balé los ojê atokun van a invocar el Egum elegido directamente en el asentamiento, y es en este lugar que el awo (secreto) - el poder y el axé de Egum - nace a través del conjunto ojê-ixã/idi-ojubô. La ropa toma cuerpo y Egum se torna visible a los ojos humanos.

Después que salen del ilê awo, los Eguns son conducidos por los amuxã hasta la puerta secundaria del salón, entrando en el lugar donde los fieles los esperan, causando espanto y admiración, pues ellos llegaron allí llevados por las voces de los ojê, por el sonido de los amuxã, blandiendo los ixã por el suelo y a los gritos de saludo y repiques de los tambores de los alabê (tocadores y cantadores de Egum). El clima es realmente perfecto.

El espacio físico del salón se divide en sacro y profano. El sacro es la parte donde están los tambores y sus alabê y varias sillas especiales previamente preparadas y elegidas, en las cuales los Eguns, después de danzar y cantar, descansan por algunos momentos en compañía de otros, sentados o caminando, pero siempre unidos, el mayor tiempo posible, con su comunidad. Este es el objetivo principal del culto: unir los vivos con los muertos.

En esta parte sacra, las mujeres no pueden entrar ni tocar las sillas, pues el culto es totalmente restricto a los hombres. Pero existen raras y privilegiadas mujeres que son la excepción, como si fuese la propia Oyá; ellas son generalmente iniciadas en el culto de los orixás y poseen simultáneamente ojê (puesto y cargo jerárquico) en el culto de Egum - estas posiciones de gran relevancia causan envidia a la comunidad femenina de fieles. Son estas mujeres que celan por el culto, fuera de los ministerios, confeccionando las ropas, manteniendo el orden en el salón, respondiendo a todos los cánticos y conduciendo algunos especiales, en los que solamente ellas tienen el derecho de cantar a los Babá. 

Antes de iniciar los rituales para Egum, ellas hacen una ronde para danzar y cantar en honor a los orixás, después de este saludo ellas permanecen sentadas con las otras mujeres. Ellas funcionan como eslabón de unión entre los atokun y los Eguns al transmitir sus mensajes a los fieles. Ellas conocen todos los Babá, sus modos de ser y sus manías, y saben como agradarlos.

Este espacio sagrado es el mundo del Egum en los momentos de encuentro con sus descendientes. La gente está separada de este mundo por los ixã que los amuxã colocan estratégicamente en el suelo, haciendo así una división simbólica y ritual de los espacios, separando la "muerte" de la "vida". 

Es a través del ixã que se evita el contacto con el Egum: él respeta totalmente el precepto, es el instrumento que los invoca y los controla. A veces, los mariwo son obligados a detener el Egum con el ixã en el pecho, tal es la voluptuosidad y la tendencia natural que él tiene de ir al encuentro de los vivos, siendo preciso, una que otra vez, que el propio atokun tenga que intervenir rápida y crispidamente, pues es el ge que por el cela y lo invoca, por el cual él tiene gran respeto.

El espacio profano se divide en dos lados: a la izquierda están las mujeres y niños y a la derecha, los hombres. Después que Baba entra en el salón, comienza a cantar sus cánticos preferidos, porque cada EGUM en vida pertenecía a determinado orina. Como dice la religión, toda persona tiene su propio orina y esta característica se mantiene en el GUM. Por ejemplo: si alguien en vida pertenecía a xango, cuando muere y viene con EGUM, él tendrá en sus vestiduras las características de Xango, tirando a los colores rojo y blanco.

Portará un ose (hacha de lámina , que es su insignia, pedirá a los alabes que toquen el aLuja, que también es el ritmo preferido de Xango, y danzará al son de los tambores y de las palmas entusiastas y excitadamente marcadas por los foie femeninos, que también responderán a los cánticos y exigirán la misma animación de las otras personas allí presentes.

Baba también danzará y cantará sus propias músicas, después de haber loado a todos y ser bastante reverenciado. Conversará con los fieles, hablará en un posible yoruba arcaico y su ato un funcionará como traductor. Baba-GUM comenzará preguntando por sus fieles más frecuentes, principalmente por los foie femeninos; después por los otros y finalmente será presentado a las personas que están allí por primera vez. 

Baba estará orientando, bendiciendo y castigando, si fuera necesario, haciendo el papel de una verdadero padre presente entre sus descendientes para aconsejarlos, manteniendo así la moral disciplina común a sus comunidades, funcionando como verdadero mediador de las costumbres y de las tradiciones religiosas y laicas.
Finalizando la conversación con los fieles y ya habiendo visto a sus hijos, Babá-Egum parte, la fiesta termina y la puerta principal se abre: el día ya amaneció. Babá partió, pero continuará protegiendo y bendiciendo a los que fueron a verlo.


Esta es una breve descripción de Egungum, de una fiesta y de su sociedad, no detallada, pero suficiente para un primer y simple contacto con este importante lado de la religión. Y también para comprender la muerte y la vida a través de las ancestralidades veneradas en esas comunidades de Itaparica, como un reflejo de la sobre vivencia directa, cultural y religiosa de los yorubanos de Nigeria.