¿Que es un sincretismo?
Un sincretismo, en antropología
cultural y religión, es un intento de conciliar doctrinas distintas.
Comúnmente se entiende que estas uniones no guardan una coherencia
sustancial. También se utiliza en alusión a la cultura o la
religión para resaltar su carácter de fusión y asimilación de
elementos diferentes.
¿Por que hay sincretismo en la
religión Umbanda?
Esto se debe que cuando llegaron los
esclavos desde África a las costas de Brasil, ellos traían consigo
mismo su credo y sus Santos o Orixas como los llamaban.
A estas entidades se las representaba
con piedras pero como los blancos estaban con la religión cristiana
estos esclavos eran obligados a adorar imágenes de santos católicos
en lugar de sus piedras.
Por esto los esclavos continuaban con
sus credo y evitaban ser castigados así que hacían un pozo donde
colocaban su piedra y encima colocaban una imagen católica a la que
le presentaban respeto y adoración haciéndole creer a los blancos
que estaban alabando a sus santos cristianos, y que se nueva fe
estaba imponiéndose por encima es por ende en muchos templos de la
religión umbanda podemos ver que hay imágenes de santos católicos
mezclados con imágenes de orixas en los congales (altares para el
catolicismo).
Aquí les dejamos la sincretizacion de
los orixas con los santos católicos.
Sagrado Corazón de Jesús - Oxalá:
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús
nos muestra el mensaje de amor fraternal, que él, como hijo de Dios
entregó su vida por la salvación de todos sus hermanos humanos, y
aún así perduró a través del amor incorruptible que se extiende
más allá de cualquier época abrazando el infinito.
Oxalá, el más importante y alto de
los dioses Yorubas, representa el cielo, el principio de todo, el
equilibrio positivo del universo, es el Orixá de la comprensión.
Es el padre de la blancura, de la paz,
de la unión, de la fraternidad entre las personas de la tierra y del
cosmos. Además es el Orixá que determina el fin de la vida, con la
certeza del deber cumplido; donde la muerte debe ser enfrentada con
naturalidad como las demás situaciones de la vida, porque es parte
de la naturaleza. De su unión con Iemanjá se produce el nacimiento
de la mayoría de los Orixás.
Obocum, Olocum: este Orixá simboliza
el pasaje de Oxalá por la niñez y se lo sincretiza con el Niño
Jesús.
La inocencia y la dulzura que
manifiesta nuestro Señor Jesucristo, que siendo Dios, eligió nacer
como humano y padecer en su carne el dolor de esta condición.
Llegando incluso, a entregar su propia vida en consagración a su
mensaje de esperanza. Se manifiesta aún en su nacimiento, en un
humilde establo rodeado de amenazas, pero visitado por lejanos reyes
que en su sabiduría pudieron ver la estrella de la anunciación. Una
imagen de este niño fue consagrada en la ciudad de Praga, siendo su
presencia la causa de muchos milagros. En Umbanda la imagen de Oxalá
representa a la entidad venerada como hijo directo del Dios supremo y
su pasaje de niño se asocia de igual manera con la del niño Jesús.
Jobocum: Es Oxala más viejo y como tal
más protector, se lo sincretiza con el Espíritu Santo; la tercera
persona de la Santísima Trinidad, el Dios tan verdadero como lo son
el Padre y el Hijo porque simboliza el amor del Padre y el Hijo.
Concientes de que el Espíritu Santo está siempre con nosotros,
mientras vivamos en estado de gracia santificante, debemos pedirle
con frecuencia la luz y fortaleza necesarias para llevar nuestra vida
adelante y salvar nuestra alma. Representa el poder de la
clarividencia al igual que Oxalá Orumiláia, a quien se sincretiza
con Santa Lucía por dicho poder. Lucía desde niña se destaca por
su piedad y fervor; perteneciendo a la nobleza terrateniente, a los 5
años pierde a su padre y al llegar a la adolescencia, su madre, que
creyendo haber encontrado para su hija un buen partido la compromete
en matrimonio; aún cuando los proyectos de la joven eran otros.
Santa Lucia había decidido consagrar su vida a Dios con el voto de
virginidad. Su madre contrae una enfermedad que la medicina no podía
solucionar, y ella le solicita a Santa Águeda la curación de su
madre. Lucía recibe la aparición de la Santa, que le dice:
"Hermana, virgen de Dios, ¿por qué me pides lo que tu misma
puedes hacer? Tu fe ha alcanzado gracia y tu madre está curada".
Desde entonces su madre no volvió a insistir en la boda y en
agradecimiento a Cristo vende todos sus vienes y los reparte a los
pobres. Su prometido, el Gobernador de Diocleciano en Sicilia,
intento hacerla cambiar de opinión; y ante la negativa de Lucía,
que ya había dedicado su vida a Cristo, dispuso que fuera llevada a
un prostíbulo y entregada a la brutalidad de los libertinos.
Subieron a Lucía en un carro, pero los bueyes no lograron moverlo
del sitio, enseñado aún más por su ira, manda que la quemen viva,
pero sale indemne de la hoguera. Al ver que se convertían muchos
paganos, mandó al verdugo que la degollaran; siendo ejecutada la
sentencia, se dice que aún tuvo tiempo de profetizar el fin de la
persecución contra la iglesia. Se suele pintar a Santa Lucía
llevando un plato con sus ojos, símbolo de ver más allá.
San Jorge - Ogúm :
San Jorge era un guerrero del que se
pretendió que renegara de la religión durante una de las
persecuciones decretadas contra los cristianos. Al negarse, lo
torturaron y luego lo ejecutaron al mediodía del día 23 de abril.
Cuenta la historia que San Jorge, afligido por las matanzas y el daño
provocado por los Romanos, renunció a su carrera política y
militar, distribuyendo su riqueza entre los pobres y predicando a las
multitudes el mensaje cristiano donde la frase principal de su
discurso era: "Los Dioses de los paganos son verdaderos
Demonios. El único Dios auténtico es el que creó el cielo y la
tierra". La leyenda más conocida de este Santo es la lucha
contra el dragón, la representación del mal.
Ogúm: La representación más
simbólica de este Orixá es la del temible guerrero; Dios de la
guerra, imagen arquetípica del soldado y al igual que San Jorge,
también Dios del Hierro. Es de personalidad violenta, obstinada,
constante, viril, disciplinada, pero no rígida. Hay una antigua
leyenda sobre esta entidad, donde se relata la lucha del gran
guerrero Ogún con un león inmenso, que quería devorar a una
princesa africana (obsérvese la similitud con la leyenda de San
Jorge y el dragón).
Ogún Avagá: Se lo sincretiza con San
Pablo. El nombre verdadero de este Santo era Saulo, un rabí, un
guerrero religioso muy sabio que padecía una terrible enfermedad
para la época que se supone era epilepsia. Se dedicó a perseguir a
los cristianos después de la crucifixión de Cristo. En una de esas
persecuciones, cae de su cabalgadura ante una luz muy potente, donde
declara que Cristo se le apareció diciéndole: "¿Saulo, por
que me persigues? El sabe bien que su conversión no es el fruto de
ningún razonamiento humano, si no de un cambio imprevisto, repentino
y radical debido a la gracia omnipotente (GAL. 12-15; I Cor. XV).
Pablo fue detenido por Cristo cuando su furia alcanzaba el máximo
furor, perseguía la iglesia con celo y fue acreedor de la gracia
porque actuó con ignorancia en su creencia de buena fe. La causa de
su conversión fue su fe en Cristo, mientras que, según los
Testimonios concordantes de los Hechos y las Epístolas, fue la
visión de Cristo la que motivó su fe. Después de su conversión,
de su bautismo y de su cura milagrosa Pablo empezó a predicarles a
los judíos; después se retiró a Arabia, probablemente a la región
Sur de Damasco (GAL I 17).
El sincretismo de este Santo con el
Orixá es la relación que tienen los dos en el lugar de la acción,
ya que San Pablo se dedicó a predicar fuera de su entorno, y Ogún
Avagá se lo denomina el Ogún de fuera.
Santa Bárbara - Iansá (Oiá Iansá):
Santa Bárbara, hija de un pagano
llamado Dióscoro, con quien tenía grandes diferencias por su
devoción cristiana. Su padre por tal motivo la mandó a encerrar en
un castillo que sólo tenía dos ventanas. Bárbara mando a poner
otra más para que representara la Trinidad; situación que enfureció
a Dióscoro, mandándola a martirizar en un cerro con una espada
hasta hacerla perder la vida.
Al regresar su padre después de
semejante acontecimiento bajando por la colina, se le presentó Santa
Bárbara junto a Dios quién lo castigó descendiéndole un rayo
encima. Por este motivo se la sincretiza con Iansá, Orixá de las
tormentas cuyo nombre original en Yoruba es Oiá. También Diosa de
la espada de fuego, dueña de la pasión, Oiá-Iansá es la reina de
los rayos, los ciclones, etc. Orixá del fuego, guerrera y poderosa;
Mae de los Eguns, guía de los espíritus desencarnados, señora del
cementerio.
Oiá Timboá: se la sincretiza con
Santa Teresita, que siendo niña pidió que la admitieran en el
Carmelo de Lisieux, donde ya habían ingresado dos de sus hermanas.
Al principio se rechazó su petición
pero finalmente fue aceptada por su decidida manifestación de
entrega a Jesúspara salvar almas. Ella misma confesó lo mucho que
tuvo que luchar por no tener una naturaleza dócil y lo demasiado que
fue herida por la Superiora quien tratando de romper el aparente
orgullo de la marcada personalidad de Santa Teresita (al igual que
Iansá) la maltrataba con humillaciones y regaños. Esta joven
novicia que conocía bien su pequeñez y por su buena formación
bíblica, quiso refugiarse en los brazos paternales de Dios,
aceptando humildemente la vida ordinaria; que claro está, no debía
ser egocéntrica sino cristocéntrica y misionera, salvando almas en
medio de una vida crucificada.
Oiá Dirá: Por su carácter se la
sincretiza con Santa Juana de Arco; hija de campesinos, crecida en
ámbito rural, no aprendió a leer ni a escribir. Su madre era una
mujer católica muy practicante de su fe y devota particular de la
Virgen Maria. Juana desde pequeña tenía una profunda religiosidad y
en su adolescencia comenzó a recibir llamados divinos de voces que
la llamaban, eran el Arcángel San Miguel, Santa Catalina y Santa
Margarita. Estas voces le dictaban órdenes en las que debía ser
parte de la salvación de su nación, pero debido a su extracción
pobre e inculta para la época, al principio ella había comenzado
por callar esos llamados. Primero contó todo esto a sus más
cercanos y luego ante la insistencia de sus ruegos, un tío suyo la
llevo para que contara estas cosas ante el comandante del ejército
de la ciudad vecina en donde ella vivía. En todo esto alegó que era
enviada con un mensaje divino, cosa que el Comandante no creyó y la
devolvió a su poblado. Juana de Arco ganándose la confianza del Rey
por contarle cosas secretas muy importantes, que según ella eran
guiadas por esas voces que le advertían sobre lo que debía de
informarle. El Rey Carlos, por su pedido, le otorga el mando de
Capitana de las tropas (diez mil hombres) que lucharon y triunfaron
ampliamente sobre los invasores de Francia. Después de las
razonantes victorias que obtuvo Santa Juana sobrevinieron las
inevitables corridas de rumores, intrigas políticas oscuras que
querían ensombrecer su figura; llegaron así las traiciones y
comenzó el momento de la persecución y el sufrimiento. Los que
formaban la corte del Rey, temiendo que la figura de Juana se
engrandeciera, comenzaron a hacerle la guerra política. Carlos
Séptimo repleto en envidias y componendas le retira las tropas a
Juana de su mando, siendo herida y cayendo prisionera de los
borgoñeses. Padeció cárcel y humillaciones, resistió con
hidalguía y fe manteniendo la postura de que esas voces provenientes
de Dios le habían indicado la campaña para salvar la nación. En
esa época se acusaba de brujería a toda aquella mujer no
conveniente para el sistema; así decidieron acusarla alegando que
esas victorias se habían dado porque ella había ejercido poderes
provenientes de brujería contra las fuerzas enemigas. Juana de Arco
pidió la intervención del Papa, a quien no le hicieron llegar su
pedido; estando además su juicio plagado de irregularidades sin
haber tenido una defensa justa. Su final fue terrible, condenada a
pena de muerte, le aplicaron la hoguera y murió como se hacía por
aquella época con las brujas, la ataron a un poste y la quemaron
lentamente. Murió rezando mientras miraba un crucifijo y se
encomendó a Jesucristo.
Santa Catalina - Obá:
Lapa dio a luz de un solo parto a dos
criaturas de sexo femenino, no pudiendo criar a ambas, se vio en la
necesidad de confiar una de ellas a manos extrañas, las niñas
recibieron los nombres de Catalina y Juana; No tardando esta en
volver al cielo con la gracia bautismal. Catalina, que fue la elegida
por la madre para criarla a sus pechos, vivió lo suficiente para ser
una gran Santa y salvar muchas almas con el ejemplo de sus virtudes.
Lapa una vez reconoció que amaba más tiernamente a Catalina que a
los demás hijos, porque fue la única, entre los 25 que tuvo, a
quien pudo dedicar sus atenciones maternales.
La niña fue criada
como algo que pertenecía a Dios desde el instante de su nacimiento;
disputándosela parientes, amigos y vecinos para llevarla a sus
casas, despertando un intenso cariño en quienes la veían.
Encontraban tanto placer en su compañía que no la llamaban
Catalina, sino Eufrosina, palabra que significa alegría. Es probable
que aquella gente que la llamaba de tal manera ignorase este
significado, pudiendo haber ocurrido que la niña en su media lengua
infantil hubiese proferido alguna palabra parecida a Eufrosina; ya
que Catalina había decidido imitar a Santa Eufrosina.
A los 5 años
recitaba el Avemaría arrodillándose en cada peldaño de la escalera
de su casa. En su adolescencia sus palabras poseían un extraño
poder para inclinar las almas hacia Dios. Tan pronto como alguien
conversaba con ella sentía que el corazón se le despojaba de
tristezas, que olvidaba las penas y los sinsabores de la existencia y
una paz inmensa se apoderaba de su espíritu. Teniendo 6 años de
edad tuvo en su primera visión a nuestro Señor Jesucristo, vestido
con ropas pontifícales y a su lado a San Pedro, San Pablo y San Juan
Evangelista; recibiendo del Salvador la bendición en la forma en que
lo hacen los Obispos con la mano tendida y con sonrisa de ternura. A
partir de ese instante Santa Catalina ya no pareció ser más una
criatura; sus virtudes y el fuego del amor divino iluminaban su
inteligencia y todas sus acciones estaban de acuerdo con las normas
del Evangelio. Imitaba especialmente a Santo Domingo y buscaba
lugares retirados en donde poder castigar su frágil cuerpecito con
enorme disciplina. Esta situación la sincretiza con Obá que era una
mujer espiritualmente fuerte, que comandaba a las demás y desafiaba
el poder masculino. Obá luchó contra todos los Orixás, venció a
Oxalá, derrotó a Xangó y a Orumiláia y fue temida por todos los
hombres y Dioses. El único que la derrotó fue Ogún, con el cual se
desposó. Los dominios de Obá son los lagos, cascadas y ríos de
aguas revueltas, ella comanda el movimiento constante de las aguas
que genera energía y arremete contra el poder del fuego. Obá rige
la desilusión amorosa, la tristeza, el sentimiento de pérdida, la
incapacidad del hombre de tener lo que ama y desea. También es la
rabia, la frustración, la soledad, la depresión y el sentimiento de
abandono.
Con respecto al auto sacrificio que la
relaciona con Santa Catalina, cuenta una leyenda africana, que cierto
día, para engañar a Obá, Oxúm apareció con un pañuelo que le
cubría las orejas. Obá le preguntó por qué cubría sus orejas,
entonces Oxúm le contó que se había cortado una oreja y que con
ella había preparado una comida para Xangó para que este se
enamorara perdidamente de ella y así ser su favorita. Obá estaba
muy enamorada de su marido y sin pensarlo hizo lo mismo. Oxúm contó
esto a Xangó y este muy enojado expulsó a Obá de su reino. Todo
este dolor, desesperanza y abandono que sufrió esta entidad
espiritual, son semejantes a las que podemos acudir para que
solucione Obá.
San Marcos de León - Xangó:
San Marcos es el autor del segundo
evangelio, primo de Bernabé, acompañó a éste y a San Pablo en el
primer viaje misionero que hicieron estos dos apóstoles. Al llegar a
regiones peligrosas, donde según San Pablo había peligro de
ladrones y asaltos, Marcos se atemorizó, se apartó de los dos
misioneros y se volvió a su patria. En el segundo viaje Bernabé
quiso llevar nuevamente a su primo, pero Pablo se opuso argumentando
que no ofrecía perseverancia para resistir los peligros y las
dificultades del viaje. Esto hizo que los dos apóstoles se separaran
y se fueran cada uno por su lado a misionar. San Marcos llegó a ser
el secretario y hombre de confianza de San Pedro.
Como escuchaba
siempre sus sermones, que recordaban los hechos y las palabras de
Jesús, Marcos fue aprendiéndolos muy bien; precisamente por eso los
mismos cristianos de Roma le piden que escriba sobre Jesucristo y
esos escritos forman lo que se llama el Evangelio según San Marcos,
exactamente la repetición de las prédicas de Pedro. Lo llamativo de
la narración es que parece estar hablando un testigo ocular que se
ha fijado en todo, siendo el reflejo de lo vivenciado por Pedro y se
ha grabado en su memoria, fijándose más en los hechos de Jesús que
en sus discursos, con narraciones frescas y espontáneas.
A San Marcos lo pintan con un león,
porque siendo el secretario de San Pedro, éste dejó escrita la
siguiente frase: "Vuestro enemigo el diablo, como león
rugiente, da vueltas alrededor de vosotros buscando a quién atacar".
(1 P.5,8) Además porque su evangelio comienza hablando del desierto
y el león era considerado el rey del desierto.
Se lo sincretiza con Xangó, poseedor
de una gran inteligencia y facilidad de palabra. Fue el primer rey de
la historia (Rey de Oyó). La leyenda narra que en cierto momento de
su reinado, su pueblo estaba en descontento con su proceder y
reunidos ante el palacio real reclamaban la destitución de Xangó,
éste sale a hablar con ellos y convenciéndolos con el poder de su
palabra y su inteligencia, además de mostrarles su poderío lanzando
una llamarada por su boca mediante un preparado mágico de hierbas.
Xangó era un hombre fuerte, conocedor
de la magia, hábil cazador, voluntarioso, vil y atrevido, justiciero
y autoritario. Decide sobre el bien y el mal; aceptando todos sus
decisiones, no solo por su poder agresivo, sino por la rectitud y la
honestidad. Manejaba la justicia del reino, castigando a todos los
que actuaban fuera de la ley (ladrones, asesinos, etc.). Se lo asocia
en la naturaleza con las rocas, por su firmeza, siempre rígido;
Xangó, es el rey de las piedras, señor de los rayos, el trueno y
padre de la justicia.
San Miguel Arcángel - Xangó Agandjú:
San Miguel con sus ángeles, libra una
batalla en las puertas del paraíso contra Satanás y los ángeles
rebeldes, derrotándolos y arrojándolos al averno. "Entonces se
entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron
con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron pero
no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.
Y fue
arrojado el gran Dragón, la serpiente antigua, el llamado Diablo y
Satanás, el seductor del mundo entero" (Ap. 12, 7-9).
El
emperador Constantino, atribuyó a este arcángel las victorias sobre
sus enemigos en la defensa de Constantinopla y por ello le construyó
una magnífica iglesia en su honor. San Miguel continúa su misterio
angélico con relación a los hombres hasta que nos lleva a través
de las puertas celestiales; no solo durante la vida terrenal, San
Miguel defiende y protege nuestras almas; el nos asiste de manera
especial a la hora de la muerte, su oficio es recibir las almas de
los elegidos al momento de separarse de su cuerpo, pues en ese
momento se libra una gran batalla espiritual por nuestras almas, ya
que el demonio tiene muy poco tiempo para hacernos caer en la
tentación. El sincretismo con este pasaje de Xangó, tiene que ver
con la vida juvenil de este Orixá y su tiempo de victorioso
guerrero, cuando con su valor e inteligencia defendió las puertas de
la ciudad frente al ataque de una tribu enemiga que los superaba
ampliamente en número.
Stella Maris - Iemanjá:
Stella Maris significa estrella del
mar.
En la oscuridad de la noche, los navegantes confiaban en las
estrellas para orientarse hacia el puerto seguro.
La virgen es la
estrella de la evangelización que nos lleva a Cristo, puerto seguro.
Por la relación con el mar, se la sincretiza con Iemanjá, la
majestad de los mares, señora de los océanos, sirena sagrada, reina
de las aguas saladas considerada la madre de la mayoría de los
Orixás, regente absoluta de los hogares, protectora de la familia.
Ella controla los mares, la playa, las olas, los maremotos y protege
la vida marina.
Inmaculada Concepción - Oxum:
Oxúm es el Orixá femenino de las
aguas dulces, del útero y del óvulo, reina de todas las riquezas,
protectora de los niños, madre de la dulzura y la benevolencia.
Dueña de la fecundidad de las mujeres se la sincretiza con la
Inmaculada Concepción de María, madre de Jesús, preservada de todo
pecado por una gracia especial de Dios.
La Concepción es el momento
en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica
procedente de los padres; es el comienzo de la vida humana. La Virgen
Maria quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde
que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana.
Es decir,
Maria es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando
hablamos de la Inmaculada Concepción, no se trata de la concepción
de Jesús, quien también fue concebido sin pecado.
San Pantaleón - Oxósse:
San Pantaleón, habiendo sido un joven
de sano corazón, hijo de un senador rico y una madre cristiana que
muere muy joven; y que a penas pudo enseñarle rudimentariamente
algunas ideas acerca del cristianismo, se fue formando sobre las
bases de su inteligencia despierta, con buenos profesores y con la
dirección de su padre que lo mandó a estudiar medicina bajo la
dirección de Eufrosino, reconocido médico del mismo Dioclesiano.
Pantaleón se destaca por ser el más distinguido y respetado,
ejerciendo su ministerio con especial abnegación, siendo su
honestidad verdaderamente excepcional en el medio pagano en que
vivía. El encuentro definitivo de San Pantaleón con Jesucristo
sobreviene luego de una charla que éste tiene con un sacerdote
cristiano que vivía oculto por la persecución, y quién admirado
por las virtudes de Pantaleón, relata la doctrina de Jesús;
trayendo a su memoria los recuerdos ya desdibujados de todo aquello
que le enseñaba su madre de pequeño.
Poco después, se encuentra el médico
Pantaleón, con uno de esos casos desesperados; un niño que yacía
muerto y tenia a su alrededor merodeando la víbora que lo había
mordido; repleto de impotencia solo recuerda que el nombre de Cristo
era suficiente para resucitar a los muertos; sin vacilar y lleno de
fe, opera el primer milagro; el niño vuelve a la vida y la serpiente
muere en forma automática.
A partir de este momento, la vida de
San Pantaleón, se convierte en una sucesión de milagros, unos tras
otros y de manera extraordinaria.
Su padre Eustorgio un día y de manera
casual tiene la oportunidad de presenciar un milagro que materializó
su hijo al devolverle la vista a un paciente con solo hacerle una
imposición de manos; a partir de allí pide ser bautizado en el
cristianismo, destruye todos los ídolos paganos que había en su
casa y al poco tiempo muere.
Tras la muerte de su padre, San
Pantaleón reparte todos sus bienes a los pobres, libera a todos los
esclavos y se arroja a una vida de fervor y caridad en la práctica
de su profesión; lo que desencadena el recelo de sus colegas médicos
que viendo peligrar su economía, ya que todos los pacientes deseaban
ser atendidos por Pantaleón, deciden deshacerse de él acusándolo
ante el emperador como cristiano. Pudo superar con su inamovible fe
cuánto intento hacían los opresores por acabar con su vida; cuando
es atado al potro y aparecen los garfios de hierro con que se le
desgarran las carnes, los brazos de los verdugos caen impidiendo la
tortura; cuando se prepara una caldera de plomo fundido en la que se
intenta sepultar a Pantaleón, el cuerpo del mártir al tocar la
ardiente superficie se transforma en helada y puede apoyarse sobre el
plomo endurecido; cuando intentan arrojarlo al mar atando a su cuello
una gran piedra, Pantaleón vuelve andando a la playa; otra vez lo
lanzaron a las fieras que avanzaban a saltos y rugientes hacia el
mártir que estaba solo en medio de la arena. Apenas se le acercaban
y caían sumisas a sus pies, el Santo las bendecía y ellas se
retiraban. Se lo somete después al suplicio de las ruedas y sale
ileso, posteriormente es detenido en un calabozo, la condena es que
lo decapiten.
San Pantaleón gozoso es entregado a la tortura, siendo
atado a un viejo olivo ya seco. Después de mucha resistencia por
parte de los verdugos que se negaban a utilizar la cuchilla
abrazándose al mártir; cuando la sangre es derramada finalmente
florece el olivo y se llena de frutos. Se lo sincretiza con Oxósse,
Orixá cazador que vive en la foresta junto a Ossanha con el cual
comparte la habilidad para realizar curaciones.
San Cosme y San Damián - Ibeji:
Estos médicos gemelos que se
caracterizaban por su alegre caritativa y generosa personalidad,
ejercían la medicina en forma totalmente gratuita. Según cuenta la
leyenda fueron los primeros en realizar un trasplante; estaban
atendiendo a un hombre muy enfermo con el que ya no había nada que
hacer para salvarle la vida, solo lo acompañaban para aliviar su
dolor.
Exactamente en el momento del fallecimiento del paciente le
avisan a los hermanos que otro hombre del pueblo se había
accidentado gravemente, perdiendo una de sus piernas; decidieron
realizarle el trasplante y la operación fue un éxito. Cosme y
Damián fueron torturados, los ataron a una cruz lanzándoles flechas
y piedras y después fueron puestos en una hoguera de donde
milagrosamente salieron ilesos hasta que finalmente los decapitaron.
San Cosme y San Damián se convirtieron en patrones y protectores de
enfermos, médicos y actualmente se los considera intercesores en la
donación y trasplante de órganos y tejidos.
A estos Santos se los sincretizan con
Ibeji, Orixá doble, que al igual que los Santos son una pareja de
hermanos gemelos que representan el principio básico de la dualidad,
teniendo las mismas actitudes infantiles y juveniles. La leyenda
cuenta que Oiá había parido gemelos, cerca de un río en donde los
abandonó, y en ese mismo lugar fueron acogidos y criados por la
Orixá de las aguas dulces, Oxum. Ibeji indica la contradicción que
se encuentra en cada ser humano, la dualidad constante; todas las
situaciones y todas las cosas tienen dos lados y solo es posible
hacer justicia si las dos medidas son pesadas con la misma balanza,
si los dos lados se atienden y entienden entre si.
También es la
divinidad del juego, la felicidad, la inocencia y la ingenuidad del
niño. Cuida de los bebes hasta la adolescencia, independientemente
del Orixá de cabeza del niño; porque Ibeji es como un niño y como
tal posee la bondad, pureza y espontaneidad que también encontramos
en los Santos Cosme y Damián.
Santa Ana - Naná Borocum:
Santa Ana por ser la madre de la Virgen
María, predestinada desde siempre para ser madre de Dios, la
santificada desde su concepción y mediadora de todas las gracias por
haber sido la abuela del hijo de Dios hecho Hombre.
Se la sincretiza
con Naná una de las Orixá más antiguas, madre de Iemanjá, se dice
que es la portadora del secreto de la creación del hombre y la
esencia de la vida.
San Antonio de Padua - Bará:
San Antonio era un franciscano con
extraordinarios dotes espirituales e intelectuales. Al celebrarse una
ordenación, Franciscanos y Dominicos, se reunieron en el convento.
A
causa de un malentendido ninguno de ellos se había preparado ni se
sentía capaz de animar la ceremonia y se le ordena a San Antonio que
expresara mediante la palabra todo lo que el Espíritu Santo le
inspirara. El joven dio un improvisado discurso que causó en todos
los presentes un gran asombro. Cuando el Ministro provincial se
enteró de lo sucedido lo envió a predicar a la Romagna.
San Antonio
como tantos predicadores de esa época tuvo que sortear incontables
dificultades. Por esta razón se lo asocia con la imagen de Bará,
cuya principal cualidad se refiere a la elocuencia y al control sobre
los caminos físicos y espirituales.
Bará Eleguá: Se lo sincretiza con la
imagen de San Antonio pero con cuernos y cola, se le realizan pedidos
más terrenales, referidos al poder de convencimiento elocuente.
Bará Lodé: Se lo sincretiza con San
Pedro, hombre sencillo, con inmenso poder para el bien, pero de
carácter impulsivo, que fue transformado por Cristo a través del
sufrimiento.
Bará Laná: Se lo sincretiza con San
Cayetano, reformador, que pasó toda su vida sirviendo a Jesús en
sus hermanos, fundó un hospital, creó un banco que otorgaba
créditos a los más necesitados, organizó una imprenta para dar
trabajo a los desocupados y nadie que tuviera necesidad alguna le era
indiferente.
San Roque - Xapaná:
La leyenda cuenta que éste Orixá era
muy propenso a correr detrás de las mujeres sin obedecer a ningún
mandamiento; un día Orunmilá le ordenó que en ese día no debía
mantener relaciones sexuales, petición a la que Xapaná no dio
importancia y por tanto no cumplió. Al otro día despertó con su
cuerpo hirviendo en llagas.
Es el Orixá de las dolencias físicas
y mentales, comparte con Oiá Iansá el cuidado de los cementerios;
están presentes en todos los hospitales auspiciando las dolencias y
las curas de los enfermos.
Se lo sincretiza con San Roque, quién
habiendo quedado huérfano muy joven, vendió toda la herencia
familiar para entregar los beneficios a los pobres. En la región de
Toscaza, se instaló en un hospital y se dedicó a servir a todas
aquellas personas que estaban infectadas de peste, logrando
curaciones inexplicables y maravillosas. Estando en contacto con sus
enfermos, se contagio la peste y para no infectar y ser el agente
transmisor, se trasladó a un bosque donde cada día recibía la
visita de un perro que le llevaba un pan.
El dueño del can,
asombrado de ver como le robaba todos los días un pan de su mesa,
decidió seguirlo y allí se encontró con San Roque, medio
moribundo, mientras el perro le lamía la herida de su pierna. El
hombre conmovido con tal situación, lleva a Roque a su casa, lo
alimenta y lo cura, mientras el Santo le expresaba y explicaba
palabras del evangelio. Por eso en las estampas de San Roque se lo ve
con un perro, quién hizo posible la cura del Santo, y éste a su vez
logra convertir a su amo, que escoge dejar la vida mundana para
seguirlo en sus peregrinaciones.