La
insuficiencia de artículos, las mezclas de terminologías, las
dislocaciones de la historiográfica oficial, sumado a la existencia
de pequeña cantidades de datos y documentos históricos disponibles
sobre el africano en Rio Grande do Sul, hacen para el novato y
posiblemente para el no tan novato un rompe cabezas de difícil
comprensión. El propio término “negro”, no alcanzase ya la
ambigüedad que posee hoy como clasificatorio de naturalezas de
individuos (donde color y clase social son algunas de las variables
intervinientes), aparece en la documentación histórica como sentido
también dudoso: " Las palabras negro y negra ¿significaran
africanos?, se preguntan los investigadores ¿Quién nos garantiza?"
Cuestiona por ejemplo Dante de Laytano (1957: 29) haciendo referencia
al hecho de los considerados no-blancos (lo que incluía a los
indios) siendo a veces contados como "negros" en los
documentos antiguos.
Entretanto, la época de la colonización
rio-grandense, los esclavos indígenas (eufemísticamente llamados de
"indios administrados"), era en muy pequeña cantidad,
siendo el porcentaje de estas poblaciones muy debajo de la negra
africana. Las únicas excepciones eran en la zona de Misiones, (donde
estaba concentrados 74 % dos indios rio-grandenses) conforme
Saint'Hilaire (1974: 48) La gran mayoría de las antiguas
estadísticas no deja dudas sobre la presencia masiva de esclavos
negros en ciertas localidades, en el pasado. Pero la más importante
de las evidencias es el considerable número de descendientes
africanos allí hoy es el testimonio vivo de esta presencia.
Lejos
de querer perfilar una historia regional de la esclavitud del
africano rio- grandense, apenas reuní e intente organizar algunos
datos documentales. El objetivo es intentar levantar ciertas
cuestiones mas relacionadas a “El Batuque” y su naturaleza
africana. Pero, El Batuque no es algo despegado de la historia, ni
desvinculado del contexto donde se inicia ni de donde se encuentra,
de modo que muchos de estos aspectos están directa e inevitablemente
relacionados con las circunstancias históricas en que las cosas
ocurrieron.
A
estos datos a la par de algunas observaciones que el antropólogo
Norton Corrêa tiene obtenidas, a través de investigaciones de campo
que vino realizando durante 20 años sobre las poblaciones negras
rio-grandenses, incluidos testimonios de la tradición oral (en el
sentido de Vansina, 1967). Talvez puedan contribuir para la
comprensión de algunas de las muchas cuestiones que persisten sobre
el tema Batuque-religión africana interpretada en Brasil.
Trabajos
de impresión, principalmente historiográficos, sobre el negro en
Rio Grande do Sul son los de Bento (1976), Cardoso (1962), Ferraz
(1980), Flores (1980), Laytano (1936, 1937, 1940, 1942 e 1957),
Maestri Filho (1979 e 1984), Monti (1985).
1.
Poblaciones africanas no Rio Grande do Sul .
Los
esclavos africanos traídos para Brasil fueron clasificados
genéricamente en dos grandes grupos:
A-.
Los bantu (una clasificación lingüística),
B-.
Los sudaneses (una clasificación geográfica)
Cada
denominación de estas, entretanto, es una bolsa en donde son
generalizados grupos diversos como también, tipos de cultura
bastante heterogéneas.
De
acuerdo con Arthur Ramos (1943: 436) fueron traídos para Brasil
principalmente los banto occidentales, habitantes de una inmensa
región hoy comprendida por antiguo Congo, Angola, República del
Congo y Mozambique. Ideas vigentes en la época, como de ser
considerados mas fuertes, resistentes, pocos capaces para tareas mas
sofisticadas, Hizo que seguidamente fuesen destinados a labores
agrícolas, Lo mismo sucedió en Rio Grande do Sul.
Son
de origen banto grupos como los Mujolo (ou monjolo), Angola,
Benguela, Ganguela, Cassanje, Rebolo, Mozambique, Cabinda. Para
mencionar escasamente los más comúnmente nombrados. Aparecen entre
los esclavos rio-grandenses. Del total de africanos traídos para
Brasil, los banto estaban en la proporción estimada de 2:1 hacia los
otros. Ellos llegan primero que los sudaneses ( Djéjé –Vodún- y
Nagó – Òrìsà)
Los
sudaneses ocupaban a región del antiguo Sudan, donde hoy esta
Nigeria y República de Benin, principalmente, además, de Togo,
Camerún, Gana. Entre los grupos más representativos, en Brasil,
estaban los jéjé (Vodún) y los nagó (Yòrùbá) que, a razón da
proximidad geográfica y cultura similar, fueran llamados
inexactamente jéjé-nagó, denominación que se termino confundiendo
como una tribu. Otra denominación que los jéjé (Vodún) y los nagó
(Òrìsà) genéricamente recibieran era mina en virtud de provenir
de "Costa da Mina", en el Golfo de Guinea, uno de los más
importantes puertos de salida de esclavos del litoral africano.
Varios grupos sudaneses Jéjé(Vodún) y Nagó (Yòrùbá) como los
Haussa, cuya presencia fue también registrada en el Estado,
habitaban el borde del Sahara y fueron parcialmente islamizados,
siendo que muchos de estos sabían leer y escribir perfectamente en
árabe en una época en que la gran mayoría dos colonizadores
portugueses eran analfabetos. Tanto los jéjé (Vodún) como los nagó
(Òrìsà) se desenvolvían extraordinariamente en la metalurgia,
produciendo una sofisticadísimo arte en bronce y confeccionando
instrumentos agrícolas e armas de ferro.
De la misma forma como se
atribuyeron cualidades específicas de agricultores para los banto,
se les calificaba también a los jéjé y los Nagó una habilidad
innata para as tareas más difíciles, de ahí el hecho de ser
preferidos a los otros para los servicios urbanos, actividades
artesanales.
En
la época del tráfico, la denominación étnica atribuida
oficialmente a los esclavos era dada por aspectos físicos objetivos
(marcas tribales, por ejemplo) o por el puerto de origen. Pero, no
siempre Los esclavos provenidos de determinado puerto eran
necesariamente de las etnias que habitaban esa región, pues podían
ser cazados lejos de allí.
Para sumar desaciertos, la
historiográfica oficial también se encargó de popularizar
equívocos que continúan preexistiendo hasta hoy, inclusive en los
manuales escolares, como el hecho de que los Jéjé (Vodún) y los
Nagó =Yòrùbá (Òrìsà) hayan sido encaminados solamente para a
Bahía y que los banto para otras localidades, como la de Rio Grande
do Sul.
El no afirma concretamente tal
distribución; diciendo, apenas: "En Bahía fuertemente se
hace Sentir la ascendencia de los Sudaneses, al pasar Pernambuco y
Rio de Janeiro prevalecen sobre todo los Negros australes del grupo
bantú" (Rodrigues, 1935b: 55) Parece que fue suficiente, para
que quedase la idea de separación absoluta de destinos.
Mucho mas
siendo que Rodrigues era partidario de la tesis de la "superioridad
cultural" de los sudaneses (Y consecuentemente de la
"inferioridad" de los bantu) Solamente juzgando dignas de
atención las manifestaciones culturales de los primeros.
En
Salvador, por ejemplo, concentró sus pesquisas apenas en los templos
nagó, dejando pasar la idea que las religiones bantu eran
inexistentes.
Entretanto, investigadores baianos, que le sucedieron,
mostraron casos como la presencia de sinnúmeros de candomblés banto
en Salvador, o la influencia Yòrùbá (Nagó) en el ritual do Xangô
do Recife, en Tambor-de-mina do Maranhão, en Rio y en el Batuque de
Rio Grande do Sul.
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