Cuenta la historia que Xango era un hijo muy rebelde, Salía
al mundo haciendo la guerra y lo que él quería.
Su padre Obatala siempre se enteraba de las andanzas de su
hijo y siempre justifica a su hijo alegando que hacia esas cosas porque el
mismo no lo pudo criarlo.
Pero internamente esperaba que Xango algún día lo reconociera como padre y se arrodille
enfrente de él como acto de sumisión
En una ocasión Xango estaba en la casa de una de su mujer y
había dejado su caballo blanco atado en la puerta de esta casa. Obatala y
Oduduma pasaron por la casa de esta mujer y al ver el caballo decidieron
llevárselo, Xango al darse cuenta de que
su caballo no estaba, enfureció.
Alguien que paso en el momento donde se
llevaron su caballo le dijo, que dos ancianos se lo llevaron, Xango salió en su
búsqueda para darles su merecido por el robo.
No anduvo mucho tiempo pronto encontró a la pareja de
ancianos y reconoció enseguida que aquel
anciano era su padre, controlo su ira y se arrodillo frente a su padre reconociéndolo
como su superior.
Obatala al observar la sumisión de su hijo agradeció el
gesto, y para premiarlo le pidió a Xango que entregara su collar de cuentas
rojas.
El con sus propias manos desarmo el collar y lo volvió armarlo pero esta vez con una cuanta roja y una
blanca, que es el color de Obatala, para que todos reconocieran que Xango es el
hijo de Obatala y que él estaba orgulloso de tenerlo como hijo.
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