La Oración, tal cual es, se pierde en las sombras más
profundas del tiempo, es decir, es de un origen muy remoto. Desde aquel tiempo,
inconmensurable, se la conocía más bien como "plegaria" y no como
oración.
Dicha plegaria se daba a través de dos formas: una individual y otra
colectiva; ésta era dirigida a su dios o dioses, bien que estos individuos
fueran monoteístas o politeístas.
Tanto la plegaria como la oración, aunque son dos palabras
diferentes, tienen en sí un mismo significado que se resume en una sola
palabra: "súplica".
Ésta era y es elevada por el individuo hacia Dios, sirviendo
como un punto de anexo o de unión hacia Él, y por medio de la cual rogaba por
los problemas que pudiera tener, siendo éstos de diversa índole: de negocios,
familiares, deudas, enfermedades, etc.; para que a través de dicha súplica,
Dios le ayudase a resolver sus problemas y sobreponerse a ellos.
Las oraciones, en sí
mismas, son " Fuentes de Energía Positiva", que el individuo
pronuncia mediante el rezo, emanando desde su interior, expandiéndose hacia el
exterior y estableciéndose un puente de unión entre él, como ser humano, y
Dios.
La oración no es uso exclusivo de una clase social, sino
todo lo contrario. Desde muy antiguo ha sido usada por: nobles, clérigos,
artistas, filósofos, comerciantes, enfermos, gente humilde, etc.
Es decir, ésta es de uso general y la ha utilizado toda la
Humanidad desde el principio de los tiempos."LAS ORACIONES SON FUENTES DE
ENERGIA POSITIVA".
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