Por lo tanto el hombre es parte de su
misión. Con respecto al hombre tiene a su orden dos leyes espirituales que
están relacionadas por el karma, y el darma.
Exú fue el primer ser espiritual
que se ubicó en la Tierra, en los comienzos de la creación, donde todo era
caos, sombras, y fuego, simbólicamente así también la luz, el orden, y las
aguas, por lo que debía lograr...poner un orden a todas las cosas y los
elementos creados.
Fue tarea de muchos, muchos siglos lograrlo; pero para ello,
se ordenaron las leyes espirituales, ya que es el principio de todo lo creado:
Toda acción genera una Reacción... por lo tanto, es un ejemplo claro de la ley
del Karma, y el Darma.( La ley del boomerang ).
A estos ejemplos se pueden
agregar otros como, la ley del Paralelo, sujeto al bien y el mal; blanco y
negro; Norte y sur; hombre y mujer; femenino y masculino; etc, etc...
Estos
fenómenos nos dan la clara idea del enorme trabajo de Exú en la tierra para
todo lo creado, porque está relacionado al eterno camino de la evolución,
porque evolucionar nos expone a un permanente reciclaje o transformaciones de
todos los hechos emocionales y psíquicos alcanzados en cada vida que podamos
vivir, cualquiera sean los tiempos.
La ley de la Reencarnación, aceptemos que
el hombre tiene un pasado de otras vidas, y que cada una de ellas le permite
acrecentar su Darma: la ley del merecimiento, todo lo que proporcione
fecundidad, felicidad, y evolución de acuerdo a sus actitudes, ya que cada ser
es maestro de sus obras.
También se aplica la ley del paralelo: está el Karma,
que es todo aquello por lo que el hombre puede estancar y hundir sus
posibilidades de evolucionar, ya que el hombre es imperfecto, cometiendo todo
tipo de dolencias y heridas a sí mismo, como también hacia los demás; a través
de actitudes violentas, ofensivas e hirientes al prójimo; un claro ejemplo es
la envidia, la codicia, la venganza, el rencor...tenemos tanto por qué
corregir, que tal vez una vida no alcanza para lograrlo, y unos de los
propósitos principales es lograr conocerse, aceptarse y corregirse, eliminando
todo aquello que lo aparte de lo espiritual, porque es lo que le permitirá
evolucionar.
Ahí cobra un papel relevante Exú, porque no nos olvidemos la tarea
que Obatalá le confirió: la de proteger, ordenar, y velar por la evolución de
todo lo creado; el hombre formó parte de la mayor responsabilidad.
La tarea
específica para con el hombre, es de protegerlo de los aspectos sutiles de la
naturaleza, que puedan confundirlo, así mismo de guiarlo por el sendero de la
luz y la comprensión universal; él y sólo él tiene en sus manos la aplicación
de las leyes del karma y del darma, de manera dosificada y organizada, que
escapan a las posibilidades del hombre racional, prevenirse de las
consecuencias que puedan generar el apartarse de este conocimiento.
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