
Es sabido entre la tradición Yoruba, la predileccón de Xangó
hacia Oxúm, ya que él estaba profundamente enamorado de ella, hasta
el punto de perder la cabeza por esta hermosa mujer, grácil y joven,
sensual y muy suave.La leyenda Yoruba, cuenta que Xangó durmió a
los pies de Oxúm para demostrarle su amor, lo cual no hizo con
ninguna de sus otras mujeres.
Obá callada y muy enamorada de Xangó
estaba celosa por la predilección que él demostraba hacia Oxum,
entonces un día ella decidió preguntarle cómo hacía para
conquistar el amor incondicional de su amado Xangó.
Recordemos que
en los pueblos del África, era muy común que los hombres tuvieran
más de una esposa, sobre todo si esos hombres tenían rango de
reyes.Así pues, Oxúm, quien a pesar de su apariencia dulce, joven y
amistosa era artera y quería tener a su esposo para ella sola, urdió
una trampa para Obá. Obá, era crédula y a veces hasta inocente y
de allí que cayó en la trampa de Oxúm.

Siguió diciéndole Oxúm, que si no se había percatado que
luego de los manjares que le había hecho a su esposo, él se había
ido a pasar la noche con ella, de allí que, Obá corrió
inmediatamente a cortarse una de sus orejas y la puso en una sopa que
comería durante la cena el Pai Xangó.
Al presentarle a Xangó en la
cena la oreja suya en la sopa, éste se puso iracundo y se enojó
mucho, mientras que Obá le dijo que Oxúm la noche anterior había
hecho lo mismo y a él le habia agradado.Dicho ello, Oxúm se quito
el pañuelo y allí Obá vió que tenía las dos orejas y que la
había traicionado.

Es entonces que
Oxúm había ganado y ya tenía una competidora menos.Luego de ello,
Obá comenzó a ejercer un odio incontenible contra Oxúm y se dice
también que le envió miel envenedada, que no llegó a comer y así
se salvó de morir.
De este Patakí lo que deben aprender los hijos de
religión es que Obá y Oxúm son fuerzas antagónicas, es por ello
que jamás podrán trabajar juntas cuando se les haga algún pedido.
También que cada frasco de miel que se le ofrezca a Oxúm deberá
probarlo primero el hijo de religión pues sinó Oxúm no lo
aceptará. Y que para uniones de pareja, siempre se debe pedir a
Xangó y a Oxúm ya que son el símbolo de la pareja enamorada y del
amor verdadero.

Entonces como muchas veces Xangó iba a la
casa marital de Oiá, ella decidió coquetarle y aceptar los halagos
de Xangó. Así entonces, un día Xangó raptó a Oiá y se la llevó
a vivir con él dándole el rango de esposa.
Ogum quiso por esto
matar a Xangó y su enemistad no tuvo fin, ya que por tal motivo,
tanto Xangó como Ogum son enemigos asérrimos.
De la realción de
Xangó y Oiá, nacieron 9 hijos ocho de los cuales, según la
tradición yoruba, fueron mudos. Al quedar embarazada del noveno
hijo, Oiá fue nuevamente a la hechicera para que hiciera algo para
que su hijo pudiera hablar.
La hechicera, le dijo que sólo podría
hablar con la voz de otra persona por ese motivo, debía ponerle de
nombre EGÚN o EGUNGÚN, por ese motivo, se considera a Oiá como “LA
MADRE DE LOS ESPÍRITUS ENCARNADOS Y DESENCARNADOS”De este Patakí
aprendemos que Oiá es quien ayuda a quitar los espítus opresores de
algún lugar y que los hijos de religión no deben trabajar con Xangó
y con Ogum juntamente, pues también son energías antagónicas.

Gracias a la intervención de Exú eso
no se provocó porque sinó con la violencia de ambos (Rayo y lluvia)
se hubiera arrasado la tierra, los campos y se hubiera perdido todo
lo que se había producido).
En cambio cuando se produjo la fusión
de ambos mediante el amor consentido, dicha unión provocó una dulce
y positiva tormenta que ayudó a regar los campos y a tener mayor
cantidad de agua para los animales y las personas que habitaban la
tierra.
De este patakí vemos la vital importancia de la figura de
EXU en la tradición Yoruba y que Exú es el mediador entre los
Orixas y lo terrenal.

Se dice
que Xangó triste porque su pueblo se había puesto en contra de él
y de sus colaboradores se fue al bosque acompañado de sus esposas y
se ahorcó en un gamelero blanco.
El pueblo al saber la situación
comenzó a entonarle rezas y a pedirle perdón, hasta que una noche
apareció dibujado en el cielo un “oxé” alado, o sea un hacha de
doble filo realizado con piedra volcánica y con mango de madera,
desde ese momento adoraron a Xangó para pedirle la calma y que les
otorgara los favores que el pueblo le pedía humildemente.
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